domingo, 8 de agosto de 2010

Sin miedos parte 2


Una mirada directa a los ojos es lo que necesita el alma para verse frente a frente, una a otra, ventana a ventana.

En Manabí, tierra de mis ancestros, me metí aprehensivo en la madre tierra. Pero al resto no le importaba, al menos un ave por ahí me lo hizo ver con tanto canto sin que le importe un pepino si tenía público o no.

En el campo lo rojo es rojo y el resto no es rojo. Usted saluda siempre, pita cuando pasa a otro carro y así se tome el tiempo da de la mano a todo el mundo. La gente le conoce de su nombre que tiene de apellido un sin número de anécdotas y el más joven tiene años y años y muchos años que el más envidioso de la eterna juventud no podría arrancar de esta tierra un poco el secreto de la longevidad en al menos gotas o frasco para vender.

El día se termina con el sol y poco antes de la aurora se saca a comer a su vaquita como al perro de la ciudad, en días de sol o en las tormentas de agua hasta la cintura. La naranja se regala al viajero y se reclama el saludo del que descuidado no percata al amigo pasar en motoneta con ávido saludo.

No creo que en Tierra exista esperanza sino se la cree porque es un planeta de muerte y vida. De práctica, de recordatorios y oportunidades. En Manabí de eso me acordé.

jueves, 5 de agosto de 2010

Sin miedos parte 1

No sé que tan buena sea la prosa que devele el corazón triste o peor aún la del autor dolido.

Quiero hacer honra a que esta bitácora sea para la literatura y en lo posible, dejarle su vista fluir en las letras que ahora no pujan lírica sino solo narrativa.

Será mi ser de viento que se arremolina a menudo y vuela alto. Y se afecta de ver lejos. ¿Es posible ver que el amor se necesite ratificar en un entorno porque unos pocos lo consideran exclusivo al hombre y mujer de tal forma que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea motivo de odio? Realmente, antes no veía qué significaba esto, en sí, porque doy por sentado que otros tienen la misma perspectiva e intuición que tengo y que son capaces de valorar el ser humano, el alma, el interior. En fin, alma ilusa que olvida fue un día ternera con muchos defectos -no se diga conserva muchos más y otros los acumula- pero sin deseo del daño al prójimo.

Ahora me he sentido triste de vivir en un mundo que me es hostil en todas las formas posibles. El otro, el color, la altura, el pensamiento, todo es causa de miedo. Me gustaría criar niños con gusto a lo distinto y felices del miedo. Que el temblor les cause fascinación por Tierra; un trueno sea adrenalina revitalizante; que un bu! no falte en sus labios.

¿Se necesita realmente que esta persona que escribe una letra más esté en este plano para alegría de algunos pocos y odio de muchos? Si ni de la familia se ve la misericordia, ¿se la puede esperar del desconocido? Si se mata al hermano, al hijo, al padre, ¿es la esperanza sentido de vida?

Tal vez un Cristo sea constante en cada generación que haga sentir que aquel odiado está en el amigo querido que conocíamos, el amigo que amábamos, el hijo que cuidábamos, la madre que añoramos, y si es de crucificarlo para que esta generación se despierte, roguemos que su resurrección sea igual al tercer día.

*Esta entrada se la dedico con mucho cariño y calidez a todos los que ahora se ven bendecidos con la derogatoria de Prop8 en el estado de California. A ustedes mis oraciones y benditos los que vieron que por fuera somos diferentes pero que el alma ama más que a través de un simple beso.