viernes, 16 de julio de 2010

Quiero abrazar una vaca

Es tan gracioso que la gente no pueda pensar ver un animal de granja y darle otro uso que el consumo alimenticio para sí mismo. En serio, es para mí a veces frustrante y enfurecedor que no vean una vaca pastar y nada más, sin otro fin que ella viva. O mejor dicho, porque así es la sociedad en la que vivo, dejarla vivir.

Un cerdo, una pato, una oveja criadas nada más para que vivan. Tal vez usted se pregunte: ¿pero para qué? Lo mismo diría yo de su gato, su perro, su canario. Pero así están nuestras mentes, configuradas de tal manera que no podamos pensar en la belleza del ser vivo tanto así que un ser humano en desgracia tampoco nos afecta, ni siquiera porque nos pida algo de comer al limpiar nuestras ventanas cuando tenemos el auto en espera ante el semáforo en rojo.

Tuve la oportunidad de conocer por medio de un video que abajo comparto, una granja que protege animales. Incluso, sus mismos animales se nutren entre sí y se dan aliento (escuchar sobre la oveja que cuida a la otra). Sería una afrenta para algunos creer que la compasión y la auto estima se la aprenda de estas pequeñas criaturas y ose un ser humano decir que fue uno de estos animalitos quien le haya enseñado estas prácticas pero aquí, en esta granja pasa esto. Niños son beneficiados de la interacción con la naturaleza. Como dice en su página de internet, desean colaborar para que el niño descubra que la diferencia es exterior pero somos todos iguales en derechos y belleza en lo más íntimo de nuestro ser. Y de ahí mi deseo que usted pueda tener también esta experiencia.

Disfrute entonces, la belleza de la vida. The Gentle Barn, la granja amable (ver su sitio en red aquí).

Segundo(s)

A veces literalmente puedo sentir que se está volando por encima de nuestros propios prejuicios y la belleza, y la moral, y la forma de pensar constituida por el entorno. Si un insulto llegase a mí no podría atravesarme; una idea sería vista como en laboratorio de tal forma que la podría posar, tender, diseccionar, descartar. Y me veo ajeno donde mi piel sea inerte y el agua fría sea recuerdo que no me afecta más allá que la transmisión de un estímulo externo hasta lo más interior de mis sentidos.

Ideas. Acciones. Percepción. Todo se reduce por segundos a un ente observador no afectado, incluso que se sabe inmerso al entorno y uno más, y aún así, parte de la fórmula o la ecuación sin miedo a los resultados finales.

miércoles, 14 de julio de 2010

Buena mar

Te fuiste. Tuve la dicha de la despedida en puerto. Una bendición que los guerreros no suelen tener. La calma, la paz no es de mi agrado. Soy de sangre en rostro y espada en mano.

Ahora que me quedo abandonado sé que la magia de mi beso no fue suficiente para no dejarte ir. No hay hombro al cuál llorarte.

Espero que ahora donde estés recibas la dicha que te mereces. Buen viaje, buena mar.