Un cerdo, una pato, una oveja criadas nada más para que vivan. Tal vez usted se pregunte: ¿pero para qué? Lo mismo diría yo de su gato, su perro, su canario. Pero así están nuestras mentes, configuradas de tal manera que no podamos pensar en la belleza del ser vivo tanto así que un ser humano en desgracia tampoco nos afecta, ni siquiera porque nos pida algo de comer al limpiar nuestras ventanas cuando tenemos el auto en espera ante el semáforo en rojo.
Tuve la oportunidad de conocer por medio de un video que abajo comparto, una granja que protege animales. Incluso, sus mismos animales se nutren entre sí y se dan aliento (escuchar sobre la oveja que cuida a la otra). Sería una afrenta para algunos creer que la compasión y la auto estima se la aprenda de estas pequeñas criaturas y ose un ser humano decir que fue uno de estos animalitos quien le haya enseñado estas prácticas pero aquí, en esta granja pasa esto. Niños son beneficiados de la interacción con la naturaleza. Como dice en su página de internet, desean colaborar para que el niño descubra que la diferencia es exterior pero somos todos iguales en derechos y belleza en lo más íntimo de nuestro ser. Y de ahí mi deseo que usted pueda tener también esta experiencia.
Disfrute entonces, la belleza de la vida. The Gentle Barn, la granja amable (ver su sitio en red aquí).
1 comentario:
Un amigo budista me explicó que ellos meditan en la idea de que todo ser sintiente, en la larga cadena de reencarnaciones fue en algun momento su madre (todo ser sintiente! la vaca, la hormiga, la lombriz) Me aprece un bello y poderoso pensamiento, que combina mucho con esta locura de ir por el mundo abrazando vacas
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