miércoles, 6 de enero de 2010

Placer


Alguna vez acuñé la frase: "Sólo me causa placer el talento humano. El resto es sólo paisaje". Y qué pasaría si ese paisaje se perdiera por mano humana. Lamentable.

Hoy, estamos en el siglo XXI. Muchas especies se están matando al punto de la extinción. Más del 90% de los predadores de los mares han sido eliminados. ¿Qué estamos haciendo por Tierra? Bueno, más bien es una pregunta personal que no espera respuesta. Sólo me la hago a mí mismo como un ser vivo más que desea compartir un puesto en este planeta.

Lo más cercano a la experiencia de volar es el buceo. Tenemos océanos, mares, ríos, lagos. No soy mucho del agua pero sí del aire. Y sé que no me gustaría perder la oportunidad de volar si así pudiera llamarlo, sólo porque ya no haya lugares para hacerlo.

Año dos mil diez. Un número muy interesante. Exacto a mi fecha de cumpleaños. Me reafirmo una vez, un año más en ser vegetariano. No estoy en contra de comer los animales. Yo al menos no quisiera que se maten más de los necesarios pero no es el caso de lo que sucede en este mundo.

Es verdad, creo que sólo el talento humano me causa placer. El paisaje me da refugio. Ahí mi mente vuela. Espero tener el placer de ver en el paisaje el talento puesto al cuidado del mismo.

Saltando sueños

Para antes de irse a dormir a la cama. Con mucho cariño, para sus hijas e hijos.

Sabías que una noche, una niña hizo caso a su mamá y se fue temprano a la cama. Se lavó sus dientes por supuesto e hizo todas sus tareas en el día, y por eso, pudo dormir muy contenta. Cuando se durmió, primero vio muchas luces y un campo de flores. Detrás de algunos árboles, un puente muy hermoso de cristales de muchos colores y brillos.

Al cruzar este puente, escuchó una canción hermosa:
"Pasa cantando.
Felices somos
los que jugando
hacemos bien
a todos".

Y de pronto, se encontró en un hermoso castillo. Ahí había otro niño que se fue a la cama temprano. La niña lo saludó y le preguntó:
- ¿Cómo te llamas?
- Yo me llamo Oren. Y, ¿tú?
- Quila

Los niños jugaron en el mundo de los sueños. Oren le enseñó a volar a Quila y juntos fueron hasta la Luna y las estrellas. Quila le enseñó a Oren cómo hacer dulces encima de las nubes, y cómo hablar con los animales.

Una voz se escuchó en el sueño: "Es hora de despertarse. ¡Pronto, a sus camas!" Y así, ambos se fueron directo a sus casas dentro de los sueños.

Sabías que esa niña le contó esta historia a su mamá y a su vez, ella me la contó. Pero el secreto para saltar al mundo de los sueños no lo sé todavía. Si tú lo descubres, ¿me lo contarías?