miércoles, 21 de agosto de 2013

Placer

Querido Melocotón, si mis manos no te pueden acariciar, permíteme que mis palabras te toquen.

Alivias el dolor de la mañana. Eres el pensamiento que mueve mi cama. 

Desear el placer (de tu llamada) me recuerda luego el dolor (de tus constantes mentiras). Así pues, soy consciente de esta dimensión que necesita del otro por más que se crea que se la puede conseguir incluso tomando el asunto con propias manos.

El TÚ es mejor si eres frontal y no un lejano aspecto de mí en tercera persona bañándome en fantasías vulgares. Te quiero real.

Alivia mis dolores. Sé misericordia. Sé mío; déjame ser tuyo.

Ejercicio de escritura para Taller de introspección con la palabra "Placer"

martes, 13 de agosto de 2013

Tome aire. Retenga la respiración por unos segundos



Este niño ahora lo está viendo, y un deseo le quiere regalar. No comprende todo lo que ve mas conoce de sus anhelos incluso en este mismo instante que observa la fotografía. ¿Todavía retiene el aire? No lo suelte.

Este niño se pregunta si este regalo le pueda servir. Le gustará; se pondrá feliz; tal vez se aburra, y otros pensamientos. Su madre solo espera el triunfante soplido y su padre se asegura de aquello.

Ya puede soltar el aire. Ya puede descubrir al verdadero niño. Ya puede recordar sus propios sueños de niñez.

Ejercicio de escritura para Taller de introspección con fotografía de infancia, tomando distancia con el yo

domingo, 11 de agosto de 2013

Tríptico deshojado

La Flor de Verano

Se lleva violenta su mano a la cabeza porque el viento era fuerte y no quería que su sombrero saliera volando. El mar, la brisa sabor yodo era todo. No necesitaba más que unos minutos frente a ella para recordar su pasión. Avanza a paso lento porque cada pisada es recordatorio de vida. Arena, calor, dolor, Sol. Nada lo toma por sentado y lo recibe como pasado. No le interesa su futuro y avanza con bolsa a un lado para saberse amada por sí misma.

Ella es así. Josefa no necesita por ahora el dolor a cuestas y se deja enamorar por otra brisa fuerte.

Almuerzo de altura

¡Aurelio! Baja que ya está el almuerzo aquí, gritaba su mujer. Él, presto y dispuesto corría entre las vigas de la construcción como ratón que lo llevara el diablo. Es que, ¿hay cosa más rica que el merecido manjar hecho por su mujercita?, pensaba él.

Así se querían; a su manera. Tosca y sin arrumacos. Ella pregunta si ya tiene el dinero para los útiles que piden en la escuela. Él saca de su bolsillo lo justo. Ambos miran al piso, como viejos amigos que no necesitan ganarse la voluntad. Como amigos que tampoco necesitan darse cariño. Hay silencios incómodos para ellos, no que el resto de nosotros pudiera notarlo mucho menos yo.

Un beso final y mientras se despide él resuena sus dientes para sacarse algún rezago de comida que impide oír la última instrucción de su mujer. Cada uno agarra su rumbo en direcciones opuestas.

Lodo

Masa. Risa. Dedos. Dedos al Sol. Dedos en la ropa. Mirada de aprobación. Mirada de júbilo. Mirada de logro. Risa. Chupón. Chupete. Biberón. Sucio. Risa. Más risa. Más júbilo. Más logros. Mira mamá. Mira.