lunes, 17 de mayo de 2010

Después de un segundo

No te lo había dicho antes porque aprecio tu cara de sorpresa en este momento.

Borra lo dicho y va de nuevo.

No te lo había dicho antes porque no pones etiquetas en la frente de las personas. Al que hoy te hizo daño mañana lo ves con nuevos ojos. ¿Por qué tendría yo que violentar tu inocencia?
Además, soy yo el primero en declarar lo absurdo del absoluto: el alto, el bajo, el gordo, el flaco. Mas ya era hora, y sucede cuando tienes la dicha de compartir conmigo lo que es una alegría personal. No conoces esta arista -dijera González- sino el alcance de mi corazón, que ahora, descansa (finalmente) en puerto seguro.

Borra lo dicho y va de nuevo.

No te lo había dicho antes porque ahora aprecio más tu cara de no sorpresa en este momento.

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