Érase una vez, un campamento gitano, donde dos hermanas intercambiaban sus regalos en la noche previa a la navidad.
"Bella, quiero darte estos tres obsequios". Y mientras la joven gitana recibía en sus manos, tales regalos, al abrirlos su hermana explicaba su significado. "... Una moneda de cobre, con un agujero en el centro, capaz de concederte un sueño hermoso. Una piedrita de tagua, que te permita arrojar un sueño cuando no lo quieras más en tu vida". Y cuando Bella abría el tercero, su hermanita un poco triste le dice: "Este regalo hubiera preferido que no lo abrieras". Un par de hermosas alas se abren. "... Ellas crecerán según los amigos reales en tu vida".
Y su hermana conmovida le responde: "Querida Luna, yo te dejo este cofrecito de plata. Ábrelo cuando ya no esté, porque estas alas ahora mismo me llevan muy pero muy lejos. Todo un mundo para soñar y volar".
Y mientras Bella se iba volando en medio de la noche, Luna encuentra un reloj de bolsillo. De esos antiguos con una pequeña notita: "Regresaré, cuando encuentre tus alas. Juntas volaremos. Volveré pronto".
2 comentarios:
Es extraño y es tan bueno ver los propios recovecos tan bien reflejados en los versos de otros y es ahi cuando el oficio del poeta cobra mas sentido, articular las voces de aquello que grita sin palabras: lo violenta que es a veces la vida con sus cambios y lo bello que es el cambio cuando nos empuja a reinventarnos.
El mejor regalo de Navidad.
Gracias Mago, por hacer tu magia y regalarmela!
Un besote y un fuerte abrazo!
Mab
Lindo... Me gustaria leer la segunda parte donde las gitanas relatan nuevos caminos recorridos.Que bailen las gitanas!!!
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