Qué eres emoción. Todavía no te logro comprender. No me fijé el día que echaste raíces. Eras una pequeña semilla. Ahora, metástasis en mi ser. Se suponía que vendrías a mejorar mi humanidad pero al contrario me hacías ver que la misma era simple, vana, mortal.
Eres soledad, miedo, angustia. Eres inquietud, desvarío. Atropellas la conciencia. ¿Dime un día que tu voz no haya sido causa de sosobra? Eres el celo en la inseguridad. ¿Qué tirano hizo de ti el vacío en el alma?
Yo amaba realmente. Con pureza. Del que encuentra al alma con ojos de alma. ¡Oh, sí! Canto de los dioses. Entrar al jardín del corazón amado y saber la belleza. Conocerla, contarla y vivirla. Nunca mi amor produjo lágrima alguna. ¿Puedes tú decir lo mismo? Yo me jacto y ahí tú me has manchado. De lo que hubiera sido sabiduría es ahora codicia. Arráncame la vida emoción. No te extiendas más. ¿Qué comedia cruel es ésta? De mí nada más te puede alimentar. Mira este corazón desnudo, lánguido en su palpitar. Apura ya. Que quede sólo el alma. De un tirón. No serás ahora el escrúpulo ni la mojigatada. Sé eso, ceguera. Por fin, acaba ya, y deja que el amado sorba de ti amarguras y recuerdos.
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